A pesar de que España ha sido siempre un país pionero en la implantación de la energía eólica, e incluso con la crisis económica general y del sector en particular sigue siendo la cuarta potencia mundial, hay dos comunidades autónomas en las que no hay ni un solo aerogenerador funcionando. Una de ellas es la Comunidad de Madrid. La otra, Extremadura. Y precisamente en esta segunda se ha celebrado esta semana Expoenergea 2015, un proyecto organizado por la Agencia Extremeña de la Energía y el Cluster de la Energía de Extremadura como “punto de encuentro especializado en las actividades que directa e indirectamente nos atañen a las empresas que participamos en el mismo”. Una de esas empresas comprometidas con las energías renovables es Azierta.
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, estuvo en la inauguración de Expoenergea, en Mérida, y comprometió el esfuerzo de su Ejecutivo para dar un nuevo impulso a las energías renovables, “tanto por el compromiso con el medio ambiente como por su potencial de desarrollo económico”. Fernández Vara explicó en su intervención que Extremadura produce el 8,6 por ciento de la energía que se consume en España, y sólo el 1,7 por ciento se queda en dicha comunidad autónoma. Por sectores, recordó que ahí se genera el 16 por ciento de la nuclear, el 13 por ciento de la hidráulica y el 15 por ciento de la renovable. “No vais a estar solos”, se comprometió ante las empresas de renovables que acudieron a Expoenergea.
Pero lo que no hay todavía en Extremadura es energía eólica. Ni uno solo de los casi1.100 parques de eólicos que hay instalados en toda España. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? Cuando la implantación de la eólica en todo el país se benefició de un marco normativo que respaldaba los nuevos proyectos, esta Comunidad Autónoma fijó unas normas más restrictivas. Así, los promotores de los nuevos parques eólicos debían generar tres puestos de trabajo por cada MW instalado o, en su defecto, pagar el 8 por ciento de la factura obtenida a los municipios en los que se asentaran dichas instalaciones. Eso hizo que los proyectos en curso se fueran retrasando. El pasado mes de abril, el Gobierno autonómico derogó este marco y Extremadura ya permite a los promotores acogerse a la ley estatal.
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo quiere Relanzar la Industria Eólica con un conjunto de quince medidas que se centran en el desarrollo industrial, en el impulso a las exportaciones y en el I+D+i. Entre esas medidas está la subasta de 500 MW eólicos, que el sector ha considerado insuficientes. “En 2009 se instalaron 1.332 aerogeneradores en España, en 2014 sólo trece”, recordó el presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Diego Díaz.
Cuando Extremadura cambió la normativa en marzo, la Consejería de Medio Ambiente tenía “en avanzado estado de tramitación administrativa” 28 solicitudes de autorización de instalación de parques eólicos, que sumarían una potencia total de 550 MW. El Parque Eólico Valle de Peraleda, el proyecto presentado por Azierta, fue uno de los 98 que se acogieron al decreto 192/2005, uno de los 23 que pasó ese primer corte y uno de los ocho que ahora mismo cuenta con todos los trámites administrativos para que el proyecto pueda avanzar, incluyendo la autorización administrativa del parque, la declaración de impacto ambiental o la licencia de obra, con lo que la participación de Azierta en ese porvenir diseñado por Extremadura está ya más cerca que nunca.
