El Gobierno reduce la inversión en gestión y calidad del agua para 2016

El Gobierno reduce la inversión en gestión y calidad del agua para 2016

El agua es uno de los sectores que más está sufriendo la crisis económica en España. Aunque se viene hablando de la recuperación desde hace un tiempo, no es este un sector que pueda cantar victoria todavía y aún está lejos de las inversiones que se hacían hace no tantos años. De hecho, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016 presentado por el Gobierno habla de una previsión bastante negativa. El Ejecutivo pretende reducir la inversión tanto en gestión como en calidad del agua para el próximo ejercicio, frenando la ligera subida de los dos últimos años y confirmando que el Gobierno que preside Mariano Rajoy ha dedicado mucho menos dinero a estas partidas que el que le precedió, el de José Luis Rodríguez Zapatero.

Son dos los grandes programas públicos que el Gobierno destina al agua. Por un lado está el programa 452A, que recoge los gastos de gestión e infraestructuras, la ejecución de las medidas comprendidas en los planes hidrológicos para garantizar el suministro de agua en toda España, promover un uso más eficiente del líquido elemento y dar respuesta a los fenómenos meteorológicos extremos. Por otro, el Programa 456A, que se refiere a la calidad del agua, lo que incluye la colaboración con las comunidades autónomas para la ejecución de obras, la mejora de la depuración de aguas residuales o la conservación del patrimonio medioambiental. Pues bien, ambos programas verán reducidas sus partidas en 2016 si los Presupuestos son ejecutados tal y como los ha planteado el Gobierno.

Así, el programa 452A tendrá a su disposición una partida de 1.163 millones de euros, un 16 por ciento menos que en 2015, y el programa 456A se quedará en los 243 millones euros, lo que supone un descenso del 2,8 por ciento con respecto al presente año. De esta manera, y según los datos recopilados por la web iAgua en el gráfico que acompaña a estas líneas, el próximo ejercicio se convertiría en el tercero de menor inversión en materia de agua en la última década, superando únicamente a los dos de mayor incidencia de la crisis económica y que precisamente marcaron el cambio de Gobierno en España. 2013 fue el año más austero para las partidas sobre el agua, con apenas 1.237 millones destinados a este fin, y justo por encima se sitúa el año anterior, 2012, cuando se presupuestaron 1.373 millones.

A pesar de que la inversión se reduciría en 2016 con respecto al año en curso, el Gobierno entiende que el agua es una de sus prioridades. Así, aunque todo está supeditado siempre a las próximas elecciones generales y el Ejecutivo que salga de ellas, el deseo del actual, del PP, es abordar el próximo año el Plan Nacional de Calidad de las Aguas, el Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas, el Plan Nacional de Reutilización de Aguas y los Planes Hidrológicos de Demarcación. El Gobierno considera que hay demandas no cubiertas y otras que deben ser consolidadas en la conservación, mantenimiento y modernización de las infraestructuras ya existentes, y para la gestión de sequías e inundaciones.

La valoración del Gobierno se intuye tan entusiasta como la que está haciendo en otros sectores económicos, pero los datos de la última década hablan de una inversión insuficiente en cuestión de agua. Antes incluso de conocer estas cuentas para 2016, que ya suponen una bajada de recursos económicos, el Gobierno de Rajoy gastaba anualmente un 36 por ciento menos que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Incluso la inversión en calidad del agua cayó nada menos que un 62 por ciento desde la etapa de Gobierno socialista. Muy lejos quedan los 2.595 millones de euros que contenían los Presupuestos de 2015 para invertir en agua, récord de la última década. Además, España tiene ahora mismo abiertos varios expedientes sancionadores por la Comisión Europea por incumplir la directiva 91/271 relativa al tratamiento de aguas residuales, precisamente uno de los puntos en los que el Gobierno hace hincapié al explicar la menor inversión prevista.

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