Un robot construirá en Amsterdam un puente metálico impreso en 3D

Un robot construirá en Amsterdam un puente metálico impreso en 3D

Pocas ciudades como Amsterdam pueden presumir de tener una vinculación tan directa con el mundo de los puentes. Nada menos que 1.281 pueblan hoy en día la ciudad holandesa, y el más antiguo de ellos que se conserva en su forma original data de 1648. Pero el que puede ser el próximo va a ser uno que marque un auténtico hito en el desarrollo de la ingeniería civil, y es que puede ser el primero en todo el mundo construido íntegramente por robots e impreso en metal con tecnología 3D. Si todo va como está previsto y se llega a un acuerdo con el consejo municipal de Amsterdam para encontrar la mejor ubicación para el puente, los responsables del proyecto podrían empezar la construcción en septiembre de este año y tenerlo terminado en un plazo de dos años, a mediados de 2017.

El proyecto lo realizan la constructora Heijmans, que cobró popularidad con iniciativas como los carriles bici autoiluminados, la start-up tecnológica MX3D, la empresa de software Autodesk y el diseñador Joris Laarman, que curiosamente ha trabajado fundamentalmente en el campo de los muebles. Hasta ahora han construido pequeñas estructuras con esta tecnología experimental y este puente en Amsterdam sería la primera obra a tamaño real que asumen estos robots. “El principio de base es muy simple: hemos conectado una máquina de soldadura avanzada a un brazo de robot industrial. Utilizamos un programa inteligente para operar estas máquinas y que puedan imprimir formas metálicas muy complejas, que pueden ser diferentes cada vez”, explica Laarman.

Dicho de otra forma, el robot funde el metal en su interior a unos 1.500 grados de temperatura y va soldando gota a gota cada fragmento con el siguiente en base al diseño que se le introduce. La operación la va ejecutando sin necesidad de andamiajes, puesto que el robot crea su propio soporte. “Estos robots son distintos, porque pueden imprimir, sin límite de tamaño, plataformas de construcción como las impresoras 3D tradicionales”, explica la portavoz de MX3D, Eva James. Esto quiere decir que a partir de ahora se podrían conseguir los materiales de construcción en el mismo lugar de la obra, una idea que hoy en día se asocia únicamente al cemento, y se suprimirían dos elementos hasta ahora imprescindibles en la construcción de obras de ingeniería, en primer lugar el andamiaje y en segundo lugar la misma participación humana.

Este segundo aspecto es lo que puede provocar una auténtica revolución en el sector si el experimento resulta exitoso. Esta tecnología acabaría por completo con los riesgos en la construcción y abriría nuevas fronteras, permitiendo que obras más complejas y perfectas pudieran instalarse en lugares casi inaccesibles o en los lugares en los que el trabajo sea complejo y arriesgado. La orografía del terreno ya no sería un límite, y podría olvidarse el peligro de que se pierdan vidas humanas en nombre del progreso, algo que ha sucedido en casi todas las grandes obras de ingeniería civil de las que hoy presume la humanidad. Y esta tecnología se podría aplicar a campos muy diversos, para construir puentes como en este caso, y estructuras de cualquier tipo, sobre todo edificios.

Además, cambiaría por completo la forma de trabajar. “La construcción y el diseño son ahora mismo factores separados en la construcción. Los arquitectos diseñan algo y el constructor interpreta el diseño y construye lo que piensa que se necesita. Pero usar la impresión 3D para un puente hace que el diseño y la construcción trabajen mano a mano. Por ejemplo, las dos actividades se hacen al mismo tiempo, en lugar de construir primero la estructura y después añadir el diseño. Esto significa que también tendremos que empezar a mirar al diseño e una forma completamente diferente”, explica Jurre van der Ven, director de innovación de Heijmans.

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