Qatar mejora sus infraestructuras para atraer turismo y por el Mundial de fútbol de 2022

Qatar mejora sus infraestructuras para atraer turismo y por el Mundial de fútbol de 2022

Qatar dirige sus destinos desde hace relativamente poco tiempo, pues este antiguo protectorado del Reino Unido es independiente sólo desde 1971, pero en poco tiempo ha conseguido afianzar su posición emergente en la zona del Golfo Pérsico gracias a que alberga la tercera mayor reserva mundial de gas natural. Eso le ha convertido en el país con mayor renta per cápita y centro de una gran transformación hacia la modernidad en la que el dinero es un activo importante. Su objetivo pasa por convertirse en una gran potencia turística gracias a su enorme proyección exterior, cuyo escaparate principal ha sido la organización de grandes eventos deportivos. En 2006 ya organizó los Juegos Asiáticos y en 2022 se convertirá en el primer país árabe en albergar la Copa del Mundo de fútbol. Y eso a pesar de sus reducidas dimensiones, con una superficie de apenas 11.586 kilómetros cuadrados (poco más grande que la Comunidad Foral de Navarra) y una población que apenas supera los dos millones de habitantes.

Sus infraestructuras son cada vez más modernas y van a seguir mejorando. Según un informe elaborado por Deloitte el pasado año, el Gobierno del emir Tamim bin Hamad al Zani “ha previsto invertir más de 100.000 millones de euros en los próximos cinco años en transportes e infraestructuras que transformarán el país”. Y con motivo del Mundial de fútbol el país espera 3,7 millones de visitantes, objetivo para el que invertirá 20.000 millones de euros en el desarrollo de infraestructuras turísticas. La nueva joya de la corona pensando en esas cifras es el aeropuerto internacional de Hamad, en Doha, inaugurado en abril de 2014 y construido para su aerolínea de bandera, Qatar Airways. El aeródromo empezó a planificarse en 2003 y a construirse en 2005, debía inaugurarse en 2009 pero acabó sufriendo un carísimo retraso de cinco años. Y ya hay planes para una segunda terminal porque el número de pasajeros no deja de crecer y el retraso en la apertura de la infraestructura ha provocado que haya algo de desfase entre lo previsto en el proyecto y la realidad.

El aeropuerto Internacional de Hamad es, de hecho, el único aeródromo de pasajeros que hay en el país, que tiene otras cinco instalaciones de este país, tres pavimentados y dos sin pavimentar. Esta es sólo la primera de las grandes obras que van a modernizar Qatar aún más. Así, en materia de carreteras se van a construir unos 300 kilómetros de autopista que ampliarán los 1.230 con los que ya cuenta el país, aunque 123 de ellos no están pavimentados. El avance en los últimos años ha sido la ampliación de estas carreteras para que tengan múltiples carriles y sean todas de doble sentido, siendo Doha el centro neurálgico del que parten la inmensa mayoría de ellas.

En Qatar, por sorprendente que pueda parecer, no hay ferrocarril. En realidad, por el tamaño del país tampoco parece una necesidad vital, pero en todo caso ya hay un proyecto para añadirlo a las infraestructuras de transporte del país, y por supuesto con una tecnología de vanguardia y un toque de modernidad similar al que tiene ya el mismo país en su imagen exterior. En 2009 se firmó un memorándum entre el Gobierno local y la alemana Deutsche Bahn International para iniciar la construcción de líneas de alta velocidad y también líneas de metro, pero nunca se llegó a ejecutar, y ahora el futuro del ferrocarril qatarí depende únicamente del estado a través de Qatar Railway Development Companay. Lo planeado es construir 750 kilómetros de vía con 100 estaciones que conforman una red de metro para Doha, trenes de larga distancia y un tren ligero que conecte el aeropuerto internacional de Hamad. El objetivo para la puesta en marcha de todo este entramado es el año 2019.

Como algún otro país de Oriente Próximo, Qatar es por tanto un lugar de enormes posibilidades para las inversiones extranjeras, y por supuesto las empresas españolas están mirando hacia ese mercado con interés. El embajador de España en el país, Ignacio Escobar, utilizó la expresión “gran potencial” para referirse a este tema en su comparecencia del pasado 22 de abril en la Comisión de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Congreso de los Diputados. Obviamente, Escobar vinculó esas oportunidades a la organización del Mundial de fútbol de 2022, que permitirá que empresas españolas puedan invertir allí en sectores como las infraestructuras de transporte, la construcción de viviendas o las instalaciones deportivas. Según dijo, una de las claves para entender las “excelentes” relaciones bilaterales entre España y Qatar es la buena sintonía que hay entre las familias reales de ambos países.

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