Felipe Calderón exige actuar en la Cumbre de París de diciembre para frenar el cambio climático

Felipe Calderón exige actuar en la Cumbre de París de diciembre para frenar el cambio climático

Gobiernos, organismos y empresas miran ya con esperanza a la Cumbre de París, que se celebrará en diciembre, como la cita clave para cambiar la percepción  del mundo sobre el cambio climático y primera cita en veinte años de negociaciones en el ámbito de las Naciones Unidas en la que se esperan compromisos legales y universales para luchar contra este problema. Una buena muestra de esas expectativas se pudo ver el pasado día 18 de mayo en  Madrid en un evento organizado por la Asociación Española para la Economía Energética (AEEE), el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y Economics for Energy, en colaboración con Enerclub, que tuvo lugar en la Universidad de Comillas y que contó con la presencia del ex presidente mexicano y codirector de la Comisión Global sobre la Economía y el Clima, Felipe Calderón, y la ministra española de Agricultura, Isabel García Tejerina.

Calderón recordó que según los datos del Panel Interngubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), la mayor red científica del mundo dedicada a estudiar estos temas, el planeta ha registrado una subida de 0,8 grados desde la era industrial. Pero no sólo eso. Así, incidió en que 2014 ha sido el año más caluroso desde que se comenzaron a tomar registros en 1880 y en que en las últimas décadas se han acelerado como nunca eventos climáticos de especial virulencia, como los inviernos extremos en Estados Unidos, las sequías en Chinas, las inundaciones en Europa o los huracanes en Asia. “¿Entonces por qué no actuamos?”, se preguntó. Y su respuesta fue contundente: se sigue haciendo una asociación entre la idea de que apostar por tecnologías medioambientalmente óptimas es más caro que hacerlo por los combustibles fósiles.

Para desmentirlo, Calderón mostró una curva de MACC (Marginal Abatement Cost Curve) donde la mitad de las opciones de emisiones tiene un retorno de inversión menor a cinco años. Es decir, que el desarrollo económico no es incompatible con una economía baja en emisiones de carbono.  “El acuerdo de París es básico. Si los países no damos una señal clara, una señal de salida de que vamos a ir hacia una economía climática, eso nos está conteniendo un montón de inversiones verdes porque no hay certeza. Los inversores dicen ‘¿los gobiernos son serios en esto del cambio climático?’. Si de una vez dijéramos ‘vamos a ir por aquí’ se eliminaría un factor que es costosísimo para la economía mundial y todo el mundo brincaría de la cerca. El que logre colocarse antes sobre la ola va a tener una ganancia enorme”, explicó.

El ex presidente mexicano dio varias claves. Una de las esenciales es la innovación en tecnologías de energías limpias. En ese sentido, Calderón pidió que se eliminen los subsidios a los combustibles fósiles, ya que las renovables, sobre todo la eólica y la solar, han alcanzado ya el punto de inflexión que hace que sean competitivas. Ahora mismo, dijo, construir una planta de carbón puede ser más barato que una instalación renovable, pero es necesario tener en cuenta que a largo plazo tiene más costes operativos y medioambientales. Abogó también por cambiar el modelo de las ciudades, que han de ser más compactas. Como ejemplo, explicó que Atlanta produce diez veces más CO2 que Barcelona, cuando tiene un número de habitantes similar, pero la urbe norteamericana ocupa 343 kilómetros cuadrados y la española 102.

Y concluyó su intervención con un decálogo de propuestas. Así, apostó por integrar el cambio climático en las decisiones estratégicas de gobiernos y empresas; dejar de simultanear las apuestas por la economía gris “porque es lo que hay” con las apuestas verdes “por si acaso”; acabar con los “subsidios perversos” a los combustibles fósiles; establecer un precio claro sobre el carbono y que se perciba su uso como costoso; aumentar la innovación en tecnologías bajas en carbono; reducir los costes de financiación para invertir en tecnología baja en carbono; apostar por las ciudades más compactas y mejor conectadas con transporte público; detener la deforestación mediante acuerdos y compromisos con las grandes empresas; establecer medidas para restaurar las tierras degradadas; y alejarse de los sistemas de generación basados en el carbón.

La ministra García Tejerina puso el énfasis en su intervención en los acuerdos que se suscriban en París, en los que deben fijarse “los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero a los cuales cada Estado debe comprometerse”. “En la actualidad, más del 60 por ciento de las emisiones corresponden a cinco países: China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón. La Unión Europea es responsable del 12 por ciento de las emisiones mundiales y es quien ha liderado desde el inicio las actuaciones en materia de lucha contra el cambio climático”, explicó. Según recordó, es importante reducir el 60 por ciento de las emisiones que se registraron en 1990 para el año 2050 y llegar al objetivo de cero emisiones en 2100. “La humanidad en su conjunto se enfrenta a un reto que es de todos: gobiernos, empresas y ciudadanos”, sentenció.

En el evento también participaron el rector de la universidad anfitriona, Julio Martínez, y el presidente de la Asociación Española para la Economía Energética (AEEE), Gonzalo Sáenz de Miera. Este segundo se mostró convencido de que “ningún país por sí solo será capaz de resolver el problema de las emisiones de CO2”. “O conseguimos acuerdos internacionales que impliquen a todos los países o ese problema crucial seguirá amenazando la supervivencia en todo el planeta”, dijo, ya que un aumento de las temperaturas provocará, por ejemplo en la zona mediterránea, la prolongación de las sequías, una fuerte desertización y la degradación de los suelos para cultivo.

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