Crossrail, la impresionante expansión del Metro de Londres que estará operativa en 2019

Crossrail, la impresionante expansión del Metro de Londres que estará operativa en 2019

El 10 de enero de 1963, hace nada menos que 152 años, el Metro de Londres comenzó a funcionar. Desde entonces luce con orgullo la distinción de ser el primer transporte suburbano del mundo. Hoy, con sus once líneas y 270 estaciones, cubre 402 kilómetros y da servicio a 1.265 millones de personas al año. Pues bien, el panorama del transporte ferroviario urbano de la City está ya muy cerca de cambiar gracias a una monumental obra, el Crossrail. Se trata de un inmenso túnel de 118 kilómetros que recorre Londres y sus alrededores de este a oeste, el mayor túnel de los que tiene el subsuelo londinense, que se unirá con algunas de las  líneas de Metro ya existentes, que se espera totalmente operativa para 2019 y que, hoy en día, es uno de los más importantes proyectos de ingeniería civil de toda Europa.

La construcción del túnel cuenta con un presupuesto de 20.700 millones de dólares. Su recorrido unirá Reading y Shenfield, con dos ramificaciones que llegan la primera de ellas hasta la Terminal 4 del aeropuerto de Heathrow y la segunda hasta Abbey Wood. Con sus ramificaciones, los trenes Class 345 recorrerán un total de 136 kilómetros de vía. Aunque la idea original era que la entrada en funcionamiento se produjera en 2017, hace cinco años se revisó el presupuesto para conseguir un considerable ahorro y eso retrasará el primer viaje entre algunas de sus estaciones hasta 2018. En realidad, estamos hablando de un proyecto que tiene décadas de vida, ya que las primeras propuestas nacieron en los años 40.

El ferroviario George Dow lanzó la idea por primera vez en un artículo que publicó en el diario londinense The Star en junio de 1941, y las especificaciones ya similares al actual Crossrail datan de 1943. Ese término, sin embargo, no nació hasta 1974, cuando la idea se recuperó con fuerza, aunque tampoco entonces se pudo arrancar la construcción. En 1989 tuvo lugar el tercer intento, que se concretó en una propuesta de London Underground y British Rail que se remitió al Parlamento británico en 1991 y que fue finalmente rechazada en 1994. En 2001 se formó Cross London Rail Links. En 2004 se lanzó la ambiciosa Superlink, que fue también rechazada, y en 2005 nació el proyecto que finalmente obtuvo luz verde.

Tras su aprobación parlamentaria, la construcción comenzó el 15 de mayo de 2009, en una ceremonia que presidieron el entonces primer ministro británico Gordon Brown y el alcalde de Londres Boris Johnson. Esos trabajos, en los que participan 10.000 personas, arrancaron de la futura estación de Canary Wharf. De todo el recorrido previsto, 22 kilómetros estarán bajo tierra, divididos en cinco secciones, todas ellas con un diámetro interno de 6,2 metros (que amplía considerablemente el de 3,81 metros que tiene el suburbano actual). Ocho tuneladoras se encargaron de excavar el subsuelo de Londres, y fueron los habitantes de la ciudad los que les dieron nombres por medio de una votación online. Así, las tuneladoras se bautizaron como Phyllis, Ada, Elizabeth, Vivctoria, Mary, Sophia, Jessica y Ellie.

Una vez esté todo el Crosstail construido y operativo, habrá cuatro secciones. En la central, que une Paddington con Whitechapel, circularán 24 trenes por hora durante todo el servicio; en las ramas de Shenfield y Abbey Wood, la circulación en horas punta será de doce trenes por hora, y en la primera de ellas ya se sabe que la frecuencia se reducirá a la mitad en el resto de horarios; y en las ramas de Reading y Heathrow las frecuencias oscilarán entre los dos y los cuatro trenes por hora. La empresa que gestionará este servicio empezará a tomar las riendas del transporte suburbano londinense ya en mayo de este 2015, cuando se empezará a ocupar de la conexión entre la actual Liverpool Street a Shenfield. En mayo de 2017 es cuando se incorporarán los nuevos trenes Class 345 y el proceso culminará, según está previsto ahora mismo, en diciembre de 2019.

El Crossrail es mucho más que una obra de ingeniería civil deslumbrante. Para Londres es casi una necesidad. La capital británica tiene una población de más de ocho millones y medio de habitantes, pero su área metropolitana ya supera los 12 millones de personas, es la de mayor densidad de todo el continente europeo y no deja de crecer. Los cálculos municipales, de hecho, hablan de una inversión necesaria de 652.000 millones de euros para que las infraestructuras permitan el movimiento en la ciudad, incluyendo no sólo el presupuesto de Crossrail, que se pretende ampliar en el futuro con una Crossrail 2 que atraviese Londres de norte a sur, sino también seis nuevos puentes y túneles en el río Támesis, un nuevo aeropuerto o 200 nuevos kilómetros de carril bici. Y en términos de empleo Crossrail también tendrá números importantes, ya que la compañía operadora incorporará 850 nuevos trabajadores, siendo 400 de ellos conductores de tren.

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